Nuestro hermano Napoleón Gómez descansa en el Señor

Nuestro querido hermano Napoleón Santos Gómez Urra, partió a la presencia del Señor, dejando un ejemplo de amor por nuestro Señor Jesucristo. Nació el 24 de marzo de 1951 en la ciudad de Hualpin, casado con nuestra hermana Miriam Alarcón Garrido. El nombre de sus hijos, Dania, Misael y Diego. Tuvo tres nietos: Francisca, Martina y Lucas.

Nuestro hermano Napo, como muchos le decíamos, partió a la presencia del Señor el pasado jueves 8 de abril. Fue una partida tranquila, en su hogar, rodeado del amor de su familia. En esto pudimos ver claramente el amor de Dios, en cómo lo llamó a su encuentro.

Fue miembro de la primera Iglesia ACyM de Temuco desde el año 1976. Desde entonces, se desempeñó en diferentes cargos y ministerios dentro de la iglesia, tales como presidente de la Liga de Jóvenes y tesorero del ministerio de misiones local (hasta enero de 2021). Dentro del directorio de la iglesia se desempeñó en los siguientes diaconados: Anciano, luego se cambiaría al nombre de primer diácono, cargo que también desempeñó; Diácono de servicio; Diácono de Misericordia; Diácono de visitación. Este último diaconado lo ejerció hasta el momento en que Dios lo llamó a su Presencia.

Cada domingo lo veíamos en la entrada de la iglesia, saludando y compartiendo una sonrisa con todos. Su carácter fue de un hombre dócil, sabio, honesto, empático, amoroso, chistoso, observador, paciente, manso. Sin duda, reflejaba a Cristo con su forma de ser.

En cuanto a su último ministerio, el de visitación, reconocemos en él su servicio y amor por la obra, ya que aún en tiempos de pandemia estuvo presto para ir en ayuda de sus hermanos en tiempos de enfermedad y necesidad, en especial de los adultos mayores, a quienes llamaba, visitaba y proveía de diferentes maneras. No importando el día ni la hora, él tomaba su auto e iba en ayuda. Asimismo, acompañó a muchos hermanos en su encuentro con el Señor.

Hoy nos duele saber que ya no le veremos, sin embargo, agradecemos a nuestro Dios el que nos haya permitido conocerle, servir junto a él y aprender de Dios a través de su vida. Deja una hermosa familia, a quienes amamos y por la cual oramos para que sean fortalecidos.

Su esposa Miriam nos comparte:

“Su frase siempre era: El Señor es lo primero. Si había alguna actividad en la iglesia, él estaba. No importaba si en casa había cumpleaños o algún tipo de celebración”. Mi mayor gratitud al Señor es que gracias a las oraciones de mi esposo, llegué a conocerle”

Sus hijos, Dania, Misael y Diego, nos dejan estas palabras acerca de su papá:

“Fue un papá cariñoso y preocupado, ejemplo de fidelidad y servicio al Señor. Fue un guía, alguien que entregaba mucho amor y nos orientaba como familia en todo sentido. Siempre atesoraremos en nuestros corazones los recuerdos y la vida que vivimos junto a él, y así también el tesoro más bonito que nos dejó, que fue el llevarnos a los caminos del Señor”

Escrito por Marcia Paillaleo, Secretaria, Consejo Ministerial.

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