Pastor Samuel Cárdenas, 25 años al servicio del Señor

Durante la última Junta General que se realizó el pasado mes de enero a través de la plataforma Zoom (producto de las restricciones sociales ocasionadas por la pandemia del Coronavirus), se realizó una emotiva ceremonia de despedida a algunos pastores que se acogen a retiro luego de muchos años sirviendo en la misión.

Uno de ellos fue el pastor Samuel Cárdenas quien junto a su esposa Elizabeth Barria concluyen 25 años de ministerio pastoral activo. Este siervo nació el 27 de febrero del año 1955 en la localidad de Frutillar, e ingresó al ministerio como pastor ayudante el año 1995 aprox. (el mismo pastor señala no acordarse bien de cuando inició su ministerio) y formó parte de varias iglesias del sur del país entre las que se encuentran Llanquihue, Fresia, Los Muermos y Purranque, lugar donde finalizó su labor pastoral.

Conversamos con el Pastor Samuel, quien nos contó sobre algunos pasajes de su vida pastoral: «La verdad de las cosas es que, volviendo a la memoria atrás, es un poco difícil porque para mi los momentos en la iglesia eran los momentos en los que yo me podía deleitar en el Señor porque después aprendí, con la ayuda de Dios, a saber de que en las rodilla se ganan todas las batallas. Me era muy grato estar en la presencia del Señor cada mañana. Eso para mí era gratificante, ver cómo los hermanos buscaban del Señor y también la predicación de la palabra». 

Se le oye contento en sus palabras ¿Puede decir entonces pastor que vivió muchos momentos gratos en su ministerio? 

«Yo doy gracias al Señor por este llamado que me hizo, y por los momentos gratos que viví dentro de la iglesia. La verdad es que me es difícil especificar algo puntual porque para mí la vida ministerial era un gozo, una satisfacción, siempre lo hice con alegría y disposición. Por ejemplo, cuando veía venir las almas a Cristo, saber que le predicaba a un Cristo vivo y que dio su vida por nosotros en la cruz, que cambia al hombre y transforma los corazones.Para mí eso era demasiado gratificante. Entonces tengo mucho que contar pero quiero ser especifico«.

Pastor, me imagino que también pasó por momentos de dificultad en estos 25 años, ¿Cuál sería el más difícil?

«La verdad de las cosas es que hay momentos gratos pero momentos difíciles en el ministerio. Uno de los más difíciles como familia fue cuando nos nació Samuel Esteban, él nació con un soplo severo al corazón y que no tenía cura. Lo llevamos prácticamente a todos los cardiólogos y su pronóstico era un año de vida. Hasta que llegó al Hospital Calvo Mackenna en Santiago y ahí con mi señora Elizabeth lo llevamos y nos dieron el mismo diagnóstico. Con eso veníamos saliendo del hospital cuando a él le dio un infarto. Lo operaron de urgencia. Un momento muy difícil como familia, pero Dios estuvo con nosotros de una manera gloriosa. Hoy en día Samuel tiene 31 años y Dios nunca ha fallado, siempre lo ha sustentado. Así que, aunque difícil, vimos un Dios de poder y de milagro, un Dios que sana y nunca falla cuando te promete algo«.

Cuénteme Pastor Samuel, ¿De qué manera pudo ver la mano de Dios en su vida y la de su ministerio durante todos estos años? 

«Solo recordar la mano de Dios en el ministerio es un milagro. Pudimos ver su mano poderosa ya desde el llamado en adelante. Lo vimos con Samuel, con la sanación de muchas almas. Dentro de los 25 años del ministerio estuve todos los años bautizando, todos los años con personas convertidas al Señor. Vimos familias restauradas, matrimonios restaurados. Te puedo contar de una niñita que presenté en Llanquihue, y para sorpresa cuando me vine a Purranque años después y tuvimos una vigilia ella se convirtió. Después la bauticé,. me faltó puro casara. Entonces ver como nuestra vida ha servido para glorificar la mano de Dios, nos muestra como ha estado obrando en los corazones«.

Finalmente pastor me gustaría que expresara algunas palabras de agradecimiento, además de palabras para las iglesias y pastores que actualmente están pasando por todo el tema de pandemia 

«Gracias al Señor por las iglesias que pastoreé porque Dios me abrió puertas siendo nadie, por la gracia del Señor hacia nuestras almas ya que simplemente nos usa. La verdad de las cosas es que esto es una parte de mi testimonio. Si pudiera entregarle palabras a pastores y a la iglesia, sobre todo en tiempos de pandemia, puedo decirles que deben esperar en el Señor, todos sus tiempos son perfectos«.

Damos gracias a Dios por la vida de nuestro Pastor Samuel y su esposa Elizabeth, y esperamos que nuestro Señor siga guiando sus vidas y sus pasos en este nuevo camino que emprende dentro de la misión.

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