Saludo a los pastores aliancistas

 Con ocasión de celebrar el Día del Pastor Aliancista, la Junta Ejecutiva de la Iglesia Alianza Cristiana y Misionera les saluda y agradece al Señor por el ministerio que desarrollan día a día. 

Lamentablemente, con demasiada frecuencia olvidamos que ustedes son humanos y que tienen una vida, familia y otras responsabilidades. Se puede pensar fácilmente que un pastor/a está para servir y dar un sermón, y si alguno de estos no sale como se quiere, les acusan; muchos se olvidan que ustedes también están pastoreando a toda una congregación. 

Ser pastor/a es uno de los llamamientos más difíciles de nuestro tiempo. El mundo ha cambiado, las iglesias han cambiado, las expectativas han crecido y las preguntas se han intensificado, pero el papel de ustedes es más necesario que nunca. Nadie les había formado para este tiempo de pandemia, nunca nadie imaginó los meses que viviríamos en esta situación de crisis. Y ustedes han logrado salir adelante con mucho esmero y sacrificio; no han dejado sus labores y han sido verdaderos instrumentos de mucha bendición mediante los recursos que han estado utilizando. 

Cierto que con los años, las responsabilidades del pastor/a han cambiado. Actualmente, no sólo se espera que esté allí para los nacimientos, las muertes y los bautismos, sino para cada pregunta que tenga esta turbulenta generación. Los hogares cristianos están en peligro y los jóvenes luchan contra la desesperanza. ¡La Iglesia les necesita! 

Es por eso que este día del año es bien importante para la Alianza Cristiana y Misionera. Todos deberíamos apreciar a nuestros pastores/as y animarles tanto como ustedes animan a las congregaciones, sin mirar a quien. Al final del día, ustedes pastores y pastoras siguen siendo parte del Cuerpo de Cristo al igual que todos los creyentes y deben ser tratados de la misma manera que tratamos a nuestros otros hermanos y hermanas. 

Por este medio, les consideramos a cada uno de ustedes, nuestros Pastores/as Aliancistas, les animamos junto a vuestra familia, gracias al Señor por las esposas e hijos de pastores que igualmente han asumido un llamamiento de servicio. Amados y amadas, gracias por preocuparse y guiar a nuestras iglesias de la Alianza Cristiana y Misionera, gracias por no renunciar a sus labores. ¡Nos levantamos y les llamamos bienaventurados! 

“Y les daré pastores conforme a mi corazón, 

quienes los alimentarán con conocimiento y entendimiento” 

(Jeremías 3:15, RVR60). 

Por Junta Ejecutiva, un abrazo y muchas bendiciones y felicidades.

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