A pesar de la pandemia, nuestra iglesia de Curanilahue ha seguido con la reconstrucción de su templo

Sabemos que este tiempo de pandemia en Chile ha retrasado muchos de los planes que nuestras iglesias en todo Chile tenían para este año. Cultos, celebraciones, retiros espirituales, instancias de koinonia , vigilias y otras actividades más han tenido que, o suspenderse, o adaptarse a las plataformas virtuales para así ser igual realizadas.

Gracias al Señor esto no ha sucedido en gran manera con proyectos de reconstrucción de templos que muchas de nuestras congregaciones tenían planificados para este 2020, y que -tomando todos los resguardos sanitarios necesarios- han podido continuar. Ya habíamos conocido el caso de nuestras iglesias en Laja y Hualpén, y hoy es el momento de saber sobre nuestra congregación en Curanilahue, octava región.

Dentro de todas las comunas de la región del Biobío, esta ha sido una de las menos afectadas por la pandemia (debido principalmente a que es una de las más pequeñas), lo que ha permitido que nuestra iglesia en este lugar, quienes durante años habían contado con el anhelo de tener un nuevo espacio para sus cultos, hasta hoy han podido seguir con fe con su proceso de construcción.

El pastor José Sáez, quien lidera la obra en este lugar, nos comenta con palabras esperanzadoras como es que se inició todo este proceso: «Nuestro templo ya es un espacio bastante antiguo. Tenía alrededor de 30 años, y por lo tanto eso tiene bastantes implicaciones. Ya su estructura estaba bastante deteriorada, sobre todo sus cimientos, el piso estaba con muchos detalles, tablas a punto de quebrarse. Entonces eso nos dio la motivación de poder cambiar el piso, pero al empezar a descubrir madera nos dimos cuenta que no era posible solo el piso, sino que había que reconstruir toda la estructura, algo que nos tomó por sorpresa y nos puso en un gran desafío», señaló.

Desde inicios del 2019 comenzó el proceso de planificación para todo lo que se quería hacer y finalmente a comienzos de este 2020 se decide echar abajo todo el espacio para así ya empezar con la reconstrucción y ampliación del espacio. Como los tiempos de nuestro Dios son perfectos, en febrero y marzo (antes de la pandemia) se llevó a cabo toda la puesta de losa interior del lugar. «Seguíamos avanzando de a poco, nos encontró esto de la pandemia, entonces ahí quedaron algunas cosas inconclusas. Se nos iban pasando los días, pero pudimos ver nuevamente la mano del Señor obrando, la misericordia de Dios con nuestra iglesia y el aporte de cada uno de nuestros hermanos, lo que ha hecho posible que sigamos avanzando. En medio de la pandemia hemos podido concretar las ventanas y también, en este tiempo, estamos dando término al forrado interno lo que estaría prácticamente listo».

Las palabras del pastor José denotan esperanza y confianza en el Señor, algo que les ha permitido -tal como él señala- seguir de manera tranquila con todo el proceso de reconstrucción de lo que será un nuevo espacio donde alabara al Señor Jesucristo. Un tiempo de fe en el cual, tal como nos dice el pastor: «Seguimos avanzando, seguimos confiando en el Señor y a través de ello animamos a los pastores y hermanos que también están en este desafío de construcción a confiar en el Señor, si a lo mejor están con temores, confíen porque Dios provee. Con su ayuda todo es posible».

¡Damos gracias a Dios por nuestros hermanos de Curanilahue, y esperamos que todo este proceso de construcción pueda seguir bajo su voluntad!

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