Con el Señor la amada Barbarita Volstad

Bárbara Volstad Anderson nació en Perú, mientras sus padres eran misioneros allí, pero adoptó a Chile como su país. Ella pertenece a la generación de los misioneros formadores, que desde la década del ‘30 y hasta finales del siglo XX llegaron a nuestro país; es parte de los hijos de misioneros que hicieron de Chile su patria y campo de misión. Varios son los aspectos en los que Barbarita Volstad se destacó, el orden como se enumera no dice nada sobre su vida de integridad que ella tuvo y enseñó:

1. La tía Barbarita, la de las historias misioneras en el Campamento de Loncoche. Para los Aliancistas ya mayores, para los hijos de pastores de la época, ella fue la tía Barbarita. La narración de sus historias misioneras, por capítulos diarios, despertó los primeros intereses en la obra misionera. Además, nos enseñó a comer avena con leche y era la chofer entre la estación de ferrocarriles y el campamento.

2. La destacada profesora de Seminario. La exigencia en sus clases (le gustaba revisar los cuadernos) nos profundizó mayormente en una lectura profunda y exegética de la Biblia. Asignaturas como Vida de Jesús, Profetas Menores y otros nos acercaron a ellos y nos dejó la huella de sus vidas. Hay una generación que ha complementado su vida ministerial con la música, de ella aprendimos Himnología (amor por los himnos), Música y Dirección Coral. Asimismo los ramos de Escuela Dominical, Educación Cristiana y Pedagogía. Por varios años fue Administradora y Rectora del Seminario Teológico de Temuco, este llegó a ser su pasión ministerial hasta sus últimos días de servicio activo.

3. La guía de las esposas de los estudiantes. Siempre le preocupó que las esposas de sus estudiantes fueran al ministerio con formación para enfrentar la vida ministerial. Sus tardes de té y consejería eran un clásico de ella en el Seminario. Conocía a cada hijo de sus estudiantes. 

4. La Bibliotecaria e historiadora. Ella dio origen a la biblioteca del Seminario, la que hoy lleva su nombre. Amante de los libros y celosa cuidadora de los mismos. Tenía gran pasión por la historia Aliancista de Chile, ella creo un patrimonio histórico de los primeros cien años, y redactó muchos artículos de lo mismo. Asimismo de la historia de la UFA de Chile. Personalmente agradezco sus aportes en mis trabajos históricos, hasta hace poco me estaba colaborando en un libro que estoy escribiendo con el fin de narrar la vida de su padre, Carlos Volstad, espero terminarlo en su honor.

Hay muchas otras virtudes y recuerdos que quedarán como legado para los que fuimos sus alumnos. Recuerdo escuchándola citar este verso (Deuteronomio 32:2) en varias ocasiones: 

Que mi enseñanza caiga sobre ustedes como lluvia;
que mi discurso se asiente como el rocío.
Que mis palabras caigan como lluvia sobre pastos suaves,
como llovizna delicada sobre plantas tiernas.

¡Hasta siempre querida Barbarita Volstad! El Señor te dará galardón por tus múltiples labores realizadas, has llegado a reunirte con tus ex-alumnos como integrante del coro que glorifica a Jesucristo por la eternidad. 
La Alianza Cristiana y Misionera y cada uno de nosotros como sus integrantes, además otros tantos que llegaron al ITT de diversas denominaciones, hoy hace memoria de la Hna. Barbarita y agradece a Dios por habernos regalado a una sierva de Él como ella demostró ser.

Con cariño y agradecimiento, C. Iván Flores Hernández.

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