Entonces me dijo: Daniel, no temas; porque desde el primer día que dispusiste tu corazón a entender y a humillarte en la presencia de tu Dios, fueron oídas tus palabras; y a causa de tus palabras yo he venido. Daniel 10.12
En el capítulo 9 de Daniel observamos una profunda confesión y arrepentimiento del profeta por los pecados de su pueblo y las consecuencias que esto conlleva. En este capítulo 10 describe que por tres semanas como estuviese de luto, sin alimentarse, sin perfumar su cuerpo, abatido y ensimismado por todo lo que ve que sucederá a su pueblo al estar en rebeldía contra Yavhé.
En medio de esta particular situación, Daniel tiene un encuentro con Dios mismo, a quien trata de describir en lenguaje humano: su cuerpo brillaba como el topacio, su rostro resplandecía como el relámpago; sus ojos eran dos antorchas encendidas, sus brazos y piernas parecían bronce bruñido, su voz como eco de multitud.
Años más tarde, el anciano Juan en la isla de Patmos, describiría de manera muy parecida su visión respecto de Dios. En el encuentro con Dios, tanto Daniel como Juan actúan de manera similar: las fuerzas le abandonan, , cae de rodillas, su rostro no puede mirar al Señor.
Daniel observa que los gobiernos humanos cuando se alejan de Dios y confían en sí mismos, son como bestias que glorifican su propio poder y redefinen el bien y el mal desechando a Dios. Sin embargo, vez tras vez, los que confían en Dios, verán como el Eterno destruye los reinos humanos y preserva el reino de Dios.
No tengas miedo, levántate, tú eres muy apreciado, presta atención a lo que voy a decir, cobra ánimo, no tengas miedo, son algunas de las palabras con las cuales Dios mismo alienta a los suyos cuando todo se desmorona.
En estos días de gran complejidad en nuestro país, ¡Qué bueno es recordar que hay un Dios en quien debe estar nuestra verdadera esperanza! y eso debe motivar nuestra fidelidad al Señor.
Oremos en estos días para:
- Que Dios nos aliente en medio del temor y la desesperanza.
- Que su Palabra alimente nuestro espíritu.
- Que seamos nexos de paz en medio de las turbulencias en que estamos.
- Que busquemos hacer el bien a aquellos que nos rodean.
- Que Dios provea sabiduría a quienes gobiernan.
- Que Dios traiga paz a nuestra querida patria.