Iglesias del norte salieron a las calles en ayuda al prójimo

Las cifras de personas que viven en situación de calle en nuestro país son alarmantes. Según datos del Ministerio de Desarrollo Social, son mas de 10 mil personas viviendo en pobreza extrema, de las que aparecen en los registros, sin contar a aquellas que no aparecen en las cuentas oficiales. Pero, ¿Y qué estamos haciendo como iglesia por estas personas que necesitan de una mano?

Algunas de nuestras iglesias en el norte del país han visto como una oportunidad para realizar actividades especiales e ir en ayuda de estas personas. Este es el caso de nuestras iglesias en Calama e Iquique.

En Calama se realizó una denominada «Campaña de invierno», donde un grupo de hermanos se reunieron para recorrer por un par de horas las calles de la ciudad, compartiendo con personas en situación de calle un chocolate caliente, un sandiwh y la palabra del Señor, conversando con ellos y entregándoles un tratado con una pequeña reflexión bíblica. De hecho, para quienes no lo sepan, dentro de la región de Antofagasta, Calama es la ciudad que cuenta con más personas viviendo en la interperie (el 43,3% del total regional), por lo que esta actividad hecha por nuestros hermanos fue muy bienvenida.

Asimismo y sin haberse puesto de acuerdo, nuestros hermanos, también nortinos de la ciudad de Iquique realizaron una actividad similar. Esta vez la idea nació del grupo de jóvenes de la iglesia, quienes con apoyo de la congregación (quienes pusieron alimentos y sus autos para poder moverse por la ciudad) recorrieron también por algunas horas de la noche las calles de la ciudad, repartiendo comida a las personas que encontraban, conversando además con ellos y entregándoles la palabra del Señor.

«La actividad la organizamos los jóvenes, siempre fue nuestra intención hacerla en vacaciones de invierno, así que por eso elegimos esta fecha ya que es el tiempo más difícil para la gente que está en la calle por el tema del frío. Pedimos ayuda a la iglesia en cuanto a cooperaciones. Hicimos un plato de comida, llevamos igual café y sandwich, ropa, productos de aseo personal. Salimos con hermanas de la UFA, de MIVA y también personas de misiones, fuimos muchas delegaciones representadas. La primera persona que ayudamos y que estaba solo en un edificio, tenía la cara hecha pedazos, nos contó que lo habían golpeado y nos pedía ayuda con analgésicos más que comida (…) esa experiencia nos enseñó que cuando salgamos debemos llevar también algo como un botiquín, porque nos podemos encontrar situaciones así», nos comenta Lidia Gutiérrez, presidenta de los jóvenes de Iquique y quien nos cuenta solo un poco de lo impactante que fue hacer un recorrido en la noche por la ciudad.

Las calles son un «mundo» que muy pocos conocemos, pero aún así damos gracias al Señor por aquellos hermanos que quieren salir, y ayudar a quienes viven ahí y entregarles también la palabra del Señor, que convierte corazones ¡Muchísimas bendiciones a nuestros hermanos del norte!

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