La historia de la Alianza Cristiana y Misionera en el sur de Chile está marcada por momentos agraces, pero también muchos de victoria y sacrificio. Desde que Henry Weiss, fundador de la Alianza en el País, comenzara desde Concepción a dar sus primeros pasos de evangelismo, yendo a orar a los cerros clamando oraciones como “¡Señor, dame de aquí al sur…!”, empezaría una historia marcada por la evangelización de ciudades sureñas que irían poco a poco creando sus primeras iglesias aliancistas. Y en ese sentido, Temuco fue fundamental, de hecho, la ciudad no tenía ni 20 años desde su fundación cuando misioneros de La Alianza empezaron a asentarse aquí y en varios lugares más del sur. Y dentro de ellos uno especial, uno que sería parte fundamental de la misión estadounidense en Chile, y que sería utilizado de gran manera por nuestro Señor para predicar su palabra: Henry Wagoner.

A pesar de que la compra del terreno ubicado en Avenida Alemania fue hecha por el misionero Carlos Lefevre, quien guiado por una tremenda visión misionera construyó y fundó (en ese entonces) el Instituto Bíblico, fue el misionero Guido Bucher quien comenzó a hacerse cargo del lugar, tomando también contacto con los vecinos que vivían ahí, en su mayoría colonos alemanes. De este contacto fue que comenzaron a hacer cultos en algunas salas del Instituto, iniciativa guiada por el misionero Henry Wagoner, quien era conocido por sus predicaciones sobre las profecías bíblicas. Al respecto, uno de los primeros datos de esta naciente congregación nos la da la revista Salud y Vida, quien en su edición de mayo de 1931 señalaba lo siguiente:  “Sala Evangélica.  Hace poco más de seis meses que abrimos nuestra sala para la predicación del Evangelio en este barrio que nos rodea y hemos recibido ya grandes bendiciones del Señor.  Las principales reuniones son las del domingo a las 10 horas, y la Escuela Dominical a las 14 horas.  Es especialmente bendecida la reunión del domingo a las 10 horas, sintiendo palpablemente la presencia del Espíritu obrando en nuestros corazones, y ya hay varios que profesan ser salvados.  El culto nocturno del domingo fue principiado  a petición de interesados y es también un centro de bendición como igualmente el estudio bíblico del jueves.  Tenemos la esperanza de que Dios va a  sacudir las poblaciones vecinas con un terremoto espiritual trayendo muchas almas a Cristo”.

De esta forma y bajo los inicios de la Segunda Alianza como tal, el misionero Wagoner comenzó a ser el guía espiritual de estos hermanos que se reunían en salas del Instituto, bautizando a las primeras 8 personas el 28 de junio del año 1931, 4 de la familia Pineda, 3 de la familia Boll, y Rosa Ritz, todos participantes de este grupo. Fue tal la pasión por las almas del misionero Wagoner y lo potente de sus predicaciones, que la pequeña sala donde se congregaban comenzó a hacerse pequeña, teniendo que ensanchar toda el ala sur del instituto para que así pudiera haber más espacio, lo que dio cabida para 100 hermanos más, todo esto con una entrada propia. Fue tal el crecimiento que siguió teniendo este grupo de hermanos, que la navidad de 1932 vio a 250 hermanos presenciando el culto especial, y a 12 bautizándose dentro del bautisterio que, posiblemente, el mismo misionero Wagoner construyó dentro del edificio.

Como el crecimiento fue tanto, el 15 de enero del año 1933 la sala del Instituto Bíblico, como aún se le identificaba, pasó a ser formalmente la Segunda Iglesia Alianza Cristiana de Temuco. La sesión fue presidida por Wagoner, quien pasó a convertirse oficialmente en el primer pastor de esta iglesia. El primer directorio fue elegido y quedó constituido de la siguiente forma:  Anciano:  Hno. Bernardino Riquelme; Secretaria:  Hna. Juana Pineda; Diácono:  Hno. Enrique Boll; Diaconisa:  Hna. María K. De Boll; Tesorera:  Clara de Wagoner. Fue aquella pasión por Cristo y las almas, que les permitió seguir creciendo en cantidad de miembros, tanto así que se les hizo ya una obligación salir definitivamente del Instituto Bíblico y mudarse a una nueva construcción que se realizó justo al lado de este, estableciéndose de manera definitiva la segunda iglesia como vecinos del instituto.

Henry Wagoner, primer pastor de esta iglesia, permaneció en ella hasta el año 1937, tiempo en el que fue sustituido por el pastor Ismael Higueras. A pesar de estar solo 4 años liderando esta congregación, fue el instrumento escogido por Dios para levantar  lo que hoy es la Segunda Iglesia de Temuco, una de las congregaciones aliancistas más numerosa de Chile. La pasión en su predicación, los temas que trataba y su gran liderazgo, hicieron de este misionero uno de aquellos grandes hombres que el Señor utilizó para predicar su Palabra no solo en Temuco, sino en el sur de Chile.